Mas allá del maquillaje...

En diversas civilizaciones antiguas se ha identificado el uso del “maquillaje”, aunque no bajo este concepto: se utilizaba como una forma de identificarse en rituales religiosos, de guerra o de posición en algunas culturas. A través de los años una de las premisas que han marcado la utilización de cosméticos o maquillaje es la constante preocupación por nuestra imagen corporal y la belleza, la cualrepercute en nuestro desarrollo social y principalmente en nuestra autoestima. Para comprobar esta hipótesis, es más probable que en una entrevista de trabajo una mujer demuestre más seguridad que otra que se muestra con algunos signos de cansancio como por ejemplo: ojeras.
La técnica del “maquillaje” en la actualidad ha tomado un papel más relevante. Más allá de darle color al rostro maquillando los ojos y los labios, las mujeres buscamos por medio de un rostro bello y sin imperfecciones sentirnos más seguras y con mayor autoestima para mantener un equilibrio entre mente y cuerpo, basándonos en la definición de “Salud” de la OMS, que indica que “Estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de la enfermedad”
Además de esto, imaginemos lo que puede hacer una técnica bien estructura de “maquillaje” para una mujer u hombre que padecen alguna enfermedad de la piel, misma que afecta su apariencia y por lo tanto su autoestima y su equilibrio psíquico para mantener su salud. Entonces podemos hablar del “maquillaje como una herramienta terapeútica”.
En España existen diversos programas en que dermatólogos se encargan de implantar talleres de “automaquillaje” para pacientes con problemas cutáneos como por ejemplo: acné, psoriasis, dermatitis atópica, vitíligo, cicatrices y secuelas de quemaduras. La idea principal es enseñar a los pacientes a maquillarse bajo una técnica llamada “maquillaje corrector” obviamente bajo la supervisión de dermatólogos con productos que no afecten o provoquen más daños a la piel. Dependiendo de la imperfección, existen diversos productos con agentes para dar uniformidad o color al rostro y se han desarrollado “cosméticos” exclusivos para ello con formulaciones estrictamente diseñadas y revisadas para proporcionar la seguridad de su uso.
Según los expertos, está técnica ha favorecido a diversos pacientes a mejorar la relación consigo mismos y con los demás, incrementando su autoestima. Es aquí donde la técnica del “maquillaje” se convierte en una terapia más que una técnica que aporta beneficios potenciales al ser humano.